(Por Clara Razu/LaNave) -Al presupuesto tradicionalmente se lo asocia con bajos niveles de gastos, con impuestos “neutrales”, empréstitos para obras autoliquidables en fin … con temor reverencial al déficit. Es evidente que cuando el ambiente está dominado por otras necesidades hay lugar para nuevas ideas, tal como sucedió a partir de la crisis del ’30, donde quedó expuesto que el presupuesto debe ser modificado.